La Pérdida de la inocencia

  Desde la profundidad húmeda de una tierra yerma, un pequeño grano se alinea con las estrellas y despierta en su nueva realidad. De la semilla, el brote verde de la curiosidad. Antenas que se despliegan para explorar el universo insondable de la existencia. Del brote, la tierna hoja de la inocencia, que se multiplica por un temerario tallo con las ilusiones puestas en el sol.
  Queriendo conquistarlo, diseña un astro de pétalos de vida y con pasión lo coloca en el punto más alto de su frágil vara, para saludar cada mañana, con un color diferente a la luz y el calor de sus días. Pero cuando el globo dorado baja impresionado a ver a su admiradora, la flor, a ella se le evapora de emoción la sangre y rezuma un perfume embriagante, prueba del mas desinteresado amor. El viento esparce sus olorosos besos recordando la dedicación de la enamorada colorida, que dejo su cuerpo seco, mostrando su corazón.
  Con cada despedida de su amado cruje, callendo doblándose hasta el suelo. Soñando con su ultimo recuerdo, que vuela hacia el cielo, rodeada por una luz blanca. Y en marchita reverencia, se pierde en su sueño. En una pequeña sepultura, cubierta de escarcha y hielo.
Selu Fernández.